Te Deum del 25 de Mayo de 2025
- Obispado RioGallegos
- hace 1 día
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"La Patria se edifica desde el servicio, desde la renuncia a los intereses particulares en favor del bien común, desde la vocación de entrega por el otro, especialmente por los más vulnerables". Homilía de Mons. Ignacio Medina, obispo diocesano en la Catedral de Río Gallegos.

Queridos hermanos y hermanas, autoridades presentes:
Nos reunimos hoy, 25 de Mayo, para celebrar un nuevo aniversario de aquella gesta fundamental que marcó el inicio de nuestro camino hacia la independencia. Es un día de memoria, de gratitud y de compromiso. En este Te Deum, elevamos nuestra voz al cielo para dar gracias a Dios por nuestra Patria, por su historia, por su gente, y para pedirle luz y fuerza para seguir construyendo un futuro de justicia y fraternidad.
La Palabra de Dios, siempre viva y eficaz, nos ilumina en este día tan significativo. Pensemos en el Evangelio según San Mateo (Mt 20, 25-28), donde Jesús nos dice:
"Ustedes saben que los gobernantes de las naciones dominan a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así: al contrario, el que quiera ser grande entre ustedes, que se haga su servidor; y el que quiera ser el primero, que se haga su esclavo. Así como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos."
Este pasaje es una verdadera hoja de ruta para la construcción de una nación. Nuestros próceres, aquellos hombres y mujeres que dieron los primeros pasos hacia la libertad, tuvieron la visión de una Patria grande, basada en ideales de igualdad y bien común. Si bien su contexto era diferente, el espíritu de servicio y la entrega por los demás resonaban en sus acciones. La Patria se edifica desde el servicio, desde la renuncia a los intereses particulares en favor del bien común, desde la vocación de entrega por el otro, especialmente por los más vulnerables.
Nuestro querido Papa Francisco, hijo de esta tierra, nos ha invitado en numerosas ocasiones a reflexionar sobre el sentido de la Patria y el compromiso con ella. Él nos recordaba la importancia de la cultura del encuentro y el diálogo como pilares fundamentales para la convivencia social. En su encíclica Fratelli Tutti, nos dice:
"La verdadera caridad es capaz de incorporar todo lo que es diferente, y de aceptar con buena voluntad la propia y la ajena capacidad de aportar y crear. La unidad es superior al conflicto."
Esta unidad, que no significa uniformidad, es clave para el desarrollo de nuestra nación. En este 25 de Mayo, somos llamados a superar divisiones y rencores, a buscar aquello que nos une, a tender puentes y a construir juntos. La Patria no es un concepto abstracto, sino la suma de esfuerzos y sueños de cada uno de sus hijos.
El Papa Francisco también nos ha interpelado sobre la necesidad de una política con mayúsculas, una política que sea realmente un servicio al pueblo, que promueva la justicia social y que no se deje corromper por intereses mezquinos. En la misma Fratelli Tutti, afirma:
"La política no es solo el arte del poder, sino que es ante todo el arte del encuentro para construir un destino común."
En este día patrio, es fundamental que cada uno, desde su lugar, asuma la responsabilidad de construir una Argentina más justa y fraterna. Los gobernantes, llamados a servir al pueblo; los ciudadanos, responsables de participar activamente en la vida pública, cada uno desde su lugar.
Hoy, la Argentina enfrenta desafíos importantes. La pobreza, la desigualdad, la fragmentación social, la falta de diálogo, son realidades que nos duelen y nos exigen una respuesta valiente. Pero no debemos caer en el pesimismo. El espíritu del 25 de Mayo nos recuerda que, a pesar de las adversidades, la capacidad de resiliencia y el deseo de un futuro mejor siempre han estado presentes en el corazón de nuestro pueblo. Abrazamos la Esperanza con mayúsculas, don de Dios, de poder tender puentes, que nos lleven a la cercanía, sabiendo que no tenemos que bajar los brazos.
Como nos recuerda el Evangelio, el camino es el servicio. Es tiempo de dejar de lado las ideologías extremas que nos dividen y concentrarnos en lo esencial: el bien de nuestra gente. Es tiempo de escuchar al que sufre, de tender la mano al necesitado, de trabajar incansablemente para abrir oportunidades a tantos y tantos que hoy lo necesitan.
Que en este 25 de Mayo, la memoria de nuestros próceres nos impulse a renovar nuestro compromiso con la Patria. Que la Palabra de Dios nos guíe y nos inspire a ser servidores de nuestra nación, construyendo puentes, promoviendo la cultura del encuentro y buscando siempre el bien común. Que la intercesión de Nuestra Señora de Luján, Patrona de la Argentina, nos acompañe en este camino.
Que el Señor Jesús y nuestra Madre la Virgen de Luján bendiga a nuestra Argentina. Amén.
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