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"Compasión y misericordia para todos porque Dios ve en cada uno a un hijo"

  • Foto del escritor: Obispado RioGallegos
    Obispado RioGallegos
  • 15 abr
  • 3 Min. de lectura

2025-04-13 | Desgrabación de la homilía de Mons. Ignacio Medina en la Misa del Domingo de Ramos en el Gimnasio del Colegio Salesiano. Fue presidida por el obispo diocesano, concelebrada junto a los sacerdotes y diáconos permanentes de la ciudad de Río Gallegos.


           Queridos hermanos, bienvenidos, como decía el cardenal Pironio a este santuario de la Semana Santa. Bienvenidos en especial a los jóvenes y a los niños que están participando esta celebración, los recibimos con alegría.

 

            Nos encontramos hoy reunidos al inicio de la Semana Santa, un tiempo sagrado que nos invita a reflexionar sobre el misterio de la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

 

            Ayer cuando en una de las capillas terminábamos de leer la Pasión y decíamos “Palabra del Señor” y un teléfono contestó "¿Qué quieres que haga por ti?". Y a mí me dieron ganas de decir "Ok Google”… un mundo totalmente distinto el que estamos viviendo porque esta inteligencia artificial que contestó al escuchar.

 

            Es la misma pregunta que el Señor nos hace en este día ¿Qué querés que haga por vos en esta Semana Santa? En este año, en el marco del Jubileo de la esperanza esta celebración adquiere un significado aún más profundo recordándonos que incluso en los momentos más oscuros la esperanza en Cristo resucitado nos sostiene y nos guía.

 

            En el evangelio que acabamos de escuchar nos presenta dos escenas contrastantes: la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén aclamado como rey y en segundo lugar, el inicio de la pasión… Bendito el que viene como rey en el nombre del Señor, paz en el cielo y gloria en las alturas.

 

            El Papa Francisco hace algunos años nos invitaba a vivir la Semana Santa y nos decía: "No tengan miedo a la cruz. La cruz de Cristo abrazada con amor nunca lleva a la tristeza sino a la alegría y a la alegría de ser salvados.” Nos invitaba también a vivir la compasión, nos pide que rompamos las cadenas del “te quiero si me querés”, de “Soy tu amigo si sos mi amigo”, “Te ayudo si me ayudas”. No, compasión y misericordia para todos porque Dios ve en cada uno a un Hijo.

 

            También en este marco del jubileo de la esperanza nos invita a no permanecer quietos, nos exhorta a que nos hagamos peregrinos en busca de la verdad. Soñadores incansables, mujeres y hombres que se dejan inquietar por el sueño de Dios, el sueño de un mundo nuevo donde verdaderamente reinen la paz y la justicia.

 

            Queridos hermanos, en la cruz donde la esperanza humana parece desvanecerse surge la esperanza divina. La resurrección de Cristo nos muestra que el amor es más fuerte que la muerte y que la vida triunfa sobre el pecado.

 

            En este Domingo de Ramos y en este año jubilar tenemos la oportunidad de abrir nuestros corazones a la esperanza que brota de la cruz. Que la celebración de la Semana Santa nos impulse a seguir a Jesús con fe y con valentía, vivir la compasión y el perdón, ser testigos esperanza en medio del mundo.

 

            Hoy Jesús entra en Jerusalén como siervo sufriente, silencioso y justo, que se entrega en sacrificio al Padre por todos nosotros. Nosotros podemos olvidarnos de Dios, pero Dios no puede olvidarse de nosotros. Nosotros podemos negar a Dios, pero Dios nunca nos ha negado. Nosotros podemos mentir a Dios, pero Dios nunca nos ha mentido. San Pablo que no le gustan las metáforas dice directamente "Para librarnos Dios hizo maldito a su hijo y a aquel que no había cometido pecado Dios lo hizo pecado por nosotros”. Dios Padre entregó a su Hijo para salvarnos, se alejó de su Hijo para acercarse a nosotros.

 

            Que la bendición de Dios nos acompañe en este camino de esperanza, nos fortalezca para vivir una Semana Santa llena de fe.

 

            Rey de la paz transforma nuestros corazones. Que así sea






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